La nueva realidad conlleva el desarrollo de nuevas técnicas y procedimientos en todos los ámbitos, y el de la educación no se iba a quedar atrás. Si estás acostumbrado a dar clases presenciales pero el cambio al formato remoto es un dolor de cabeza para ti, esta es tu entrada.
En primer lugar, es importante tener una clara planificación del tiempo y de las actividades que se vayan a desarrollar en la clase, al igual que se hace en las clases presenciales. También conviene dejar unos minutos de margen dentro de la programación por posibles fallos en la conexión, velocidad lenta de la red y otros problemas técnicos.
En segundo lugar, hay que decidir la plataforma por la que se va a establecer la conexión con el alumno. Algunas de ellas son Google Hangouts, Zoom, Teams y Skype. Pruébala antes de usarla y asegúrate de conocer cómo manejarla bien. Si tu alumno no sabe cómo usarla, intenta hacerle llegar los recursos necesarios para que pueda desenvolverse bien en las clases y así no perder demasiado tiempo en dar explicaciones sobre informática. No hay nada como anticiparse al problema.
En tercer lugar, hay que planificar cómo vamos a hacerle llegar el material al alumno. Ya que nos innovamos en cuanto a la modalidad de las clases, ¿por qué no hacerlo también con el modo de impartirlas? En vez de hacer que el alumno se imprima la clásica ficha de inglés, ¿por qué no aprovechar para gamificar más las clases? Es de vital importancia mantener activa la atención del alumno y que su motivación no decaiga por el cambio del entorno de enseñanza. Algunos ejemplos que aplico en mis clases son:
- La elaboración de insignias personalizadas para que cada alumno obtenga la suya en algún punto del proceso de aprendizaje por cumplir una tarea o por mejorar en algún aspecto académico. Se puede crear una galería con ellas y confeccionar con el alumno objetivos que les ayude a ganar nuevas insignias.
- Hacer tareas interactivas aprovechando las plataformas de Google Docs y Google Slides.
- Crear escape rooms con formularios de Google o algún quiz que le de emoción a la clase para repasar vocabulario o gramática.
- Hacer brain storming con Jamboard.
Aquí tienes algunas herramientas que son muy útiles para conseguir que el alumno aprenda divirtiéndose en un entorno mucho más familiar para ellos que la vieja fotocopia de papel. ¡Atrévete a reinventarte!
