Alberto Rondán

Estuve en el conservatorio tocando trompeta hasta los 8 años y por aparatos de ortodoncia tuve que dejarlo. Para no dejar la música me pasé al piano. Empecé de oído y de forma autodidacta hasta que me di cuenta que se me daba bien y decidí ir a una academia. Ahí me formé, di conciertos y algunas clases a grupos de niños pequeños cuando ya tendría 16 años.
La metodología de mis clases es mas práctica que teórica, ya que los alumnos al final necesitan pasarlo bien y ser resolutivos a la hora de tocar. La teoría ayuda a propulsar la progresión a la hora de interpretar partituras y la agilidad de lectura, pero la práctica a base de leer partituras de composiciones en lugar de ejercicios es mucho mas entretenida y efectiva, ya que hay muchísimas piezas clasicas que te hacen trabajar muchos aspectos de los libros de ejercicios que son tan aburridos.
Tres pilares importantes: Bach, Mozart y Beethoven. Practicar piezas de estos tres compositores ayudará mucho a mejorar aspectos técnicos como la colocación de las manos, movimiento, acentuación, digitación, lectura, relajación y fraseo.
A partir de haber estudiado bien a estos compositores y de conseguir tocar sus composiciones mas emblemáticas, cualquier partitura que se presente, puede ser resuelta de forma asequible. Tanto para música actual, como clásica, jazz, ambiental, etc...
Lo que mas me gusta de enseñar es el momento de ayudar a resolver y empatizar con el alumno cuando se encuentra ante un problema que cree imposible de hacer y realmente puede hacerlo de forma totalmente sobrada.