No soy una maestra.
Pienso sinceramente que vamos adquiriendo maestria a través de la relación que tenemos con aquello que la vida nos quiere enseñar.
A veces no se trata de que hemos venido a este mundo a llevar a cabo un proposito concreto, sino que tenemos como proposito el vivir, desde lo que somos, cada uno somos un ser unico e irrepetible pero todos al final desprendemos una esencia de amor, sabiduria y alegría.
Lo que ocurre es que vivimos en general en una especie de Matrix y que no nos vamos dando cuenta de que nos aconstumbramos a ser monótonos, no expresar lo que sentimos, a hacer cosas que ni nos gustan, vivir con miedo, pensando que la vida es dura, aburrida y que no tiene sentido.
Me encanta disfrutar de todo, improvisar, la aventura, no dar por hecho las cosas, dejarme sorprender, la magia, lo extravangante, pero siempre desde la coherencia y con los pies en la tierra (o al menos mi intención es esa), no es vivir en los mundos de yupi pero la vida a veces nos resulta dificil porque no confiamos, nos aferramos a muchas cosas y no vemos la luz al final del tunel.
No soy una gurú, ni pretendo darte soluciones con una varita mágica.
Pero lo cierto es que siempre he sentido un amor profundo hacia el teatro, el baile y el desarrollo personal, pues el arte no deja de ser, conectarse con una dimensión espiritual, expresar tus emociones, estados de ánimo, experiencias, sentimientos, modos de pensar, intuiciones y la creatividad.
Y me encanta transmitirlo en mis clases, a través de herramientas corporales de teatro, yoga, danza, meditación, clown, improvisación y escritura creativa porque me sirven a mi y a la niña que llevo dentro.
Creo una sesión para ver como te sientes en estos momentos , conocer mejor las sombras que llevamos con nosotros y sintonizar mejor con nuestra luz.
Hacerte ver la belleza de todo y cultivar la alegría, el amor, la valentia y sabiduría del corazón unido a nuestra mente, como servidora de ese corazón.