¿Cómo desarrollar un buen sonido en el saxofón y el clarinete?

Desarrollar un buen sonido en el saxofón o el clarinete es quizás el aspecto técnico más importante a trabajar en nuestra práctica del instrumento. Un sonido bello es lo primero que un oyente percibe y la búsqueda y el dominio del mismo debe ser una prioridad para nosotros como instrumentistas de viento.

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Es habitual que los instrumentistas de viento madera solamos culpar a las condiciones de nuestro instrumento y tendamos a ser esclavos de nuestra "caña". Es cierto que esta puede jugarnos malas pasadas en algunas ocasiones; sin embargo, podemos establecer prácticas que nos ayuden a depender menos de ella y que a través de nuestro soporte de aire y nuestra técnica, podamos suplir cualquier carencia que pueda tener la caña.

4 ejercicios para la práctica del saxofón o del clarinete

Hay numerosos ejercicios que he ido recopilando a lo largo de mi vida como estudiante y como profesor. Os propongo los siguientes cuatro ejercicios:

1- Realizar una escala cromática descendente solo con nuestra boquilla.

Este ejercicio nos va a dotar de la flexibilidad necesaria para que nuestro sonido sea rico y lleno. Consiste en forzarnos a tocar una escala cromática descendente (también puede ser alguna melodía sencilla) con la única ayuda de nuestra boquilla sin usar el resto del instrumento. Es muy importante que utilicemos todo el aire que tengamos y que venga de la zona abdominal. Además, trataremos de abrir nuestra garganta en un punto de relajación máximo y de intentar no mover la boca para que nuestra embocadura no se vea afectada.

2- Tocar notas largas con una nota pedal.

Este ejercicio nos va a educar en tener una afinación correcta. Para realizarlo correctamente necesitamos un afinador que nos dé una nota pedal y un metrónomo puesto a 60 bpm. A partir de ahí intentaremos tocar la nota pedal lo más afinada posible durante 4 tiempos y respiraremos en otros 4. A medida que vayamos dominando el ejercicio podemos ir ampliando el tiempo que tocamos y disminuyendo el que respiramos. Por ejemplo; 6 tiempos toco, 2 respiro o incluso proporciones más asimétricas como 5 y 3 o 7 y 2.

3. Hacer armónicos.

Esto nos ayudará a que nuestro sonido proyecte más y sea más sonoro. Para ello intentaremos tocar la octava aguda correspondiente de cada nota sin tocar la llave de octava, Esto nos forzará a mejorar nuestro soporte de aire y la consistencia de nuestro sonido. Una vez conseguido este ejercicio podemos continuar buscando sucesivos armónicos que nos exigirán mayor precisión en nuestra embocadura y nuestra posición de la garganta.

4- Tocar escalas.

Aunque a veces pueda resultar árido, las escalas son sumamente importantes para desarrollar nuestro sonido, ya que nos educan los dedos a que puedan ser más precisos y articulen los cambios de nota con seguridad y presteza. La práctica de ellas necesita de paciencia y una buena estrategia. Mi forma de plantearlas es siempre ayudándonos del metrónomo, estableciendo este tan lento como sea necesario y subiendo el mismo 3 puntos cada vez que consigamos hacerlo bien.

Con una práctica de unos 30 minutos al día realizando estos ejercicios notaremos una mejoría clara en nuestro sonido al cabo de pocas semanas.

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