Alguna vez os habéis parado a pensar en lo íntimamente relacionados que están la Música y los idiomas? Cuando hablamos emitimos sonidos a una cierta frecuencia, con distintos ritmos y entonaciones al igual que cuando cantamos. De esta manera, cuando educamos nuestro oido musicalmente, especialmente desde una edad temprana (aunque nunca es tarde), estamos preparando nuestro oido para ser mucho más receptivo a nuevos idiomas, con sus acentos, ritmos y nueva entoncación.
La Música, además, para aquellos que tocan un instrumento, les brinda muchos más beneficios tal como mejorar la capacidad de concentración, memoria, ser más organizados y encontrar soluciones más creativas en la vida. Por tanto, no es de extraňar, que a la hora de aprender un idioma, para lo que se requiere disciplina, práctica diaria y sensibilidad para escuchar "nuevas melodías", la Música tenga tan importante papel.
Hasta aquí he hablado de la parte más práctica de la Música, pero también me gustaría hacer hincapié en la parte más emocional de la misma, quizá aspecto que se suele obviar con frecuencia. La Música, en mi opinión es un canal de expresión emocional tan completo que debería formar parte de la formación de todo alumno. En especial, el canto, en directa relación con los idiomas, puede servir de vía de escape de aquellas emociones reprimidas, que no sabemos expresar con palabras o simplemente, puede ayudar a todo aquel que lo practica a encontrar su forma natural y más pura de expresión, libertad y de diversión.
Como pianista y cantante y profesora de inglés, conocedora de muchos casos de músicos que tienen una fascinante facilidad para los idiomas, mi método se basa precisamente en a través de la música, en clases en las que el inglés es el medio de expresión, ayudar a mis alumnos a absorber el inglés de modo natural e intuitivo, además de a desarrollar un gusto por la música y divertirse a la par que aprenden.