Desde joven, tuve una afinidad natural por las matemáticas y la lógica, pero fue en la universidad donde descubrí mi amor por la programación. Me encantaba la idea de poder crear algo nuevo y funcional utilizando solo unas líneas de código. Aquel mundo digital me fascinaba, y sabía que debía compartir mi conocimiento con los demás.
Comencé a dar clases particulares mientras continuaba mis estudios en ingeniería informática. Pronto, me di cuenta de que tenía una habilidad especial para transmitir mis conocimientos de manera didáctica y comprensible. Mis alumnos siempre disfrutaban de mis clases y aprendían mucho en poco tiempo.
Los años pasaron, y mi negocio se convirtió en un lugar de referencia para aquellos interesados en aprender programación. Incluso organicé talleres y eventos para seguir motivando a mis alumnos y promover el interés por la informática en la comunidad.
Hoy en día, miro hacia atrás y me siento orgullosa de lo que he logrado. Mi pasión por la programación me ha llevado a ayudar a innumerables personas a alcanzar sus metas y a descubrir nuevas habilidades.