Edurne Galicia

En la educación, lo principal es la comodidad del alumno con el profesor. Si el profesor sabe adecuarse a la forma de aprender del alumno, atendiendo al desarrollo en las diferentes inteligencias, el provecho de las clases y la satisfacción del alumno serán mayores.
Además, que las clases sean dinámicas ayuda a que el alumno se sienta motivado en cuanto a la materia y que la memorización de los conceptos sea mayor, más rápido y permanente.
En conclusión, las clases que imparto son adecuadas a cada alumno según edad, intereses, dificultades y puntos fuertes del mismo. Esto hace que las clases resulten amenas y provechosas.

Entre los alumnos con los que he trabajado, se encuentran dificultades como el déficit de atención e hiperactividad, dificultades con el lenguaje tanto escrito, leído como hablado, dificultades con las matemáticas, dificultades con el idioma... Cada una de estas problemáticas fue abordada de una forma diferente y adaptada. Con algunos de los menores se hizo uso de fichas didácticas que les resultasen entretenidas con el fin de incrementar las ganas de trabajar y que percibieran las clases y la materia como un espacio y concepto agradable. Con otros se trabajaron más estrategias de estudio aplicables a su edad con el fin de que el tiempo de estudio o trabajo fuera más provechoso durante las clases particulares y en cualquier momento de estudio para lograr así un beneficio mayor.
En todos los casos se logró una mejoría en las calificaciones académicas del alumno, incrementando así su seguridad y autoestima.