¿Te gustaría aprender a tocar la guitarra, pero no sabes por dónde empezar? ¿Qué tipo de guitarra es mejor para ti: la acústica o la eléctrica? En este artículo, como profesor de guitarra, te explicaré de forma muy breve las principales diferencias entre estos dos instrumentos y los factores que debes tener en cuenta a la hora de elegir uno u otro.
La guitarra acústica es aquella que produce el sonido por la vibración de las cuerdas sobre una caja de resonancia de madera. La guitarra eléctrica, en cambio, necesita de un amplificador para hacer audible el sonido que generan las cuerdas al pasar por unos imanes llamados pastillas.
- La guitarra acústica tiene un sonido más natural y orgánico, ideal para acompañar la voz o tocar estilos como el folk, el pop o el rock suave. La guitarra eléctrica tiene un sonido más versátil y potente, que se puede modificar con efectos como la distorsión, el reverb o el delay. Es más adecuada para tocar estilos como el rock, el metal o el blues.
- La guitarra acústica es más fácil de transportar y no necesita de ningún accesorio adicional para tocarla. La guitarra eléctrica requiere de un amplificador, un cable y una fuente de energía para funcionar. Además, suele ser más pesada y voluminosa que la acústica.
- La guitarra acústica tiene unas cuerdas más gruesas y una tensión mayor que la eléctrica, lo que puede dificultar el aprendizaje y causar dolor en los dedos. La guitarra eléctrica tiene unas cuerdas más finas y una tensión menor, lo que facilita el manejo y la ejecución de técnicas como el bending o el vibrato.
- La guitarra acústica suele ser más barata que la eléctrica, aunque también hay modelos de alta gama que pueden superar los mil euros. La guitarra eléctrica tiene un precio más variable, dependiendo de la marca, el modelo y la calidad de los componentes. Además, hay que sumar el coste del amplificador y los efectos.
Como ves, no hay una respuesta única a la pregunta de qué guitarra es mejor para aprender. Todo depende de tus gustos musicales, tu presupuesto y tu nivel de dedicación. Lo más importante es que te sientas cómodo con el instrumento que elijas y que disfrutes del proceso de aprendizaje. Recuerda que la práctica hace al maestro y que con paciencia y constancia podrás lograr tus objetivos musicales.