Siempre que tengas un momento, solo por unos pocos minutos, relaja el sistema respiratorio, nada más. No es necesario relajar todo el cuerpo. En cualquier lugar, cuando vas en el tren, caminando, en la fila del supermercado...nadie se dará cuenta de que estás haciendo algo. Simplemente relaja el sistema respiratorio. Deja que esté como cuando está funcionando de manera natural. Entonces, si te es posible, cierra un instante tus ojos y observa la respiración entrando, saliendo, entrando....sin esfuerzo.
No hace falta concentración. Si intentas concentrarte creas problemas, porque entonces cualquier cosa puede convertirse en una perturbación. Un ruido, una persona sentada a tu lado, lo que sea puede sentirse como un obstáculo.
Y la meditación no es concentración. Es simple consciencia. Simplemente te relajas y observas la respiración. En ese observar nada es excluido ni interpretado como una perturbación, nada es rechazado.
Un acto tan simple como este, tiene enormes resultados. Compruébalo por ti mismo, no hace falta un lugar ni un tiempo especiales, cualquier momento es idóneo. Verás como eso trae una nueva frescura, un nuevo sosiego a tu vida.
No podemos vivir sin la respiración. Así que la respiración y la vida son sinónimos. La respiración es el mecanismo de la vida y la vida está profundamente vinculada a la respiración. Por eso en India se le llama prana; que quiere decir vitalidad, lo que está vivo.
Tu vida es tu respiración, recuérdala y dale la importancia que merece, te traerá grandes regalos.
