La Historia de España está llena de luces, gloria, sobras, guerras, misterios, honor, traición, conquista, pérdidas... pero sobre todo, de valentía, unidad frente al enemigo común, fe, tradición. Todo ello por todas las etapas de su historia. Como profesor de historia, voy a resumiros la historia de nuestra razón de ser.
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Ya antes de la llegada de los romanos a la Península Ibérica, los buelos celtíberos, celtas, tartesos y celtíberos, junto a los colonos fenicios, empezaron a crear toda una red de relaciones entre la costa y el interior, que provocó la creación de las primeras villas, como Numancia, tan recordada por su defensa frente a los ejércitos romanos. Estos llegaron hacia el siglo IV a.C. y fueron ganando territorio a medida que los pueblos indígenas eran sometidos por las políticas expansionistas de la Urbe, Roma, y las sucesivas guerras púnicas frente a los cartagineses.
Roma organizó la península en cinco provincias que poco a poco fueron evolucionando, hasta ser conquistadas por los pueblos bárbaros: visigodos, vándalos y alanos, entre otros. Un Santiago Apóstol ya dejó la semilla de la fe cristiana en el siglo I d.C. en sus viajes por el norte de la Península, y que sería clave para el futuro de nuestro territorio. Poco a poco fue creciendo la comunidad cristiana, hasta convertir al rey visigodo Recaredo y a todo el pueblo a la Fe de Cristo, en contra de la herejía arriana que divagaba por aquel entonces. Se puede hablar de la primera unidad de España.
Pero dicha unidad fue traicionada por algunos visigodos, que junto a la ayuda de algunos judíos, ayudaron a la nueva religión musulmana a entrar en la Península y conquistarla en el año 711, hasta que en las montañas asturianas, en Covadonga, se libró una de las primeras batallas que iniciaron uno de los procesos más largos y estudiados de nuestra historia: la Reconquista.
Edad Media de la Historia de España
España vivió una Edad Media diferente al resto de Europa, pero no por ello menos importante. Una época caracterizada por la mezcla de tres culturas, que convivían bajo una tolerancia excepcional y que provocó un intercambio de riquezas culturales, al mismo tiempo qué conflictos, esclavitud y alianzas que, no en pocas ocasiones, significaron la división.
Grandes figuras como el Cid, Alfonso X el Sabio, Fernando III el Santo, consiguieron no solo reconquistar aquella tierra visigoda en un tiempo pasado, sino unir sus reinos a paso lento y con muchas dificultades: Aragón, los condados catalanes, Castilla, León... quedaban el reino de Navarra y el de Granada, último bastión musulmán que quedaba para concluir la Reconquista. Esta fue finalizada por Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los Reyes Católicos, los cuales emprendieron tal ardua empresa, sumada a la creación de una monarquía fuerte, respetada en toda Europa.
Pero el hallazgo de un nuevo mundo al oeste por Cristóbal Colón, llevó a los reyes a realizar la mayor obra de hermanamiento que se ha hecho en la historia de la humanidad. Nuevas tierras que significaron provincias para España, creando el primer derecho civil y nombrando a todos los indígenas como súbditos de la corona hispánica, y no esclavos -como sí hicieron posteriormente otras coronas-.
Llegaron los Austrias, y la Monarquía Católica llegó a ser la más importante y extensa del mundo. Pero no por ello, salvada de peligros: la reforma protestante, combatida enérgicamente por españoles de toda clase como nobles, grandes santos en el Concilio de Trento como san Ignacio de Loyola, santa Teresa de Jesús... el Imperio turco, vencido por las tropas de la Santa Liga en Lepanto, junto a Álvaro de Bazán y el joven cruzado Juan de Austria. Sus ejércitos conocidos por todo el mundo, los Tercios, quienes crearon el primer camino que cruzó Europa de norte a sur con paradas establecidas. Sus enemigos políticos, quienes levantaron toda una leyenda negra que a día de hoy sigue corrompiendo las mentes de aquellos que no consiguen encontrar la Verdad de la Historia. El arte fue español, el barroco, Lope de Vega, Velázquez, Goya... un siglo de Oro que iluminó al resto de Europa
Edad moderna y Edad Contemporánea de la Historia de España
Una Etapa Moderna marcada por todo ello, y una Edad Contemporánea caracterizada por traiciones por dinero, puestos de honor... Un levantamiento popular contra el invasor francés en 1808, que demostraron una vez más la unidad del pueblo español frente a su enemigo. En este caso, el liberalismo entró en España, dando lugar a todo un siglo XIX llenos de conflictos entre aquellos que querían implantar el liberalismo y la revolución, frente a los que defendían la unidad católica de las Españas, de su Tradición, cultura y leyes en los fueros. El carlismo nació como una necesidad de hacer frente a la revolución.
Tres guerras civiles en menos de 60 años, una república fallida que dejó pasó a una restauración borbónica. Esta estuvo marcada por la pérdida de los territorios de ultramar, ayudada por potencias como EUA, Reino Unido, etc. Toda una crisis de identidad que provocó el surgimiento de los nacionalismos, promovidos por burgueses, y que a día de hoy siguen estando a flor de piel.
Se inicia, pues, un siglo XX marcado por la inestabilidad, la revolución impulsada por Rusia en 1917, la proclamación de una segunda república que, por intereses partidistas, provocaron una guerra civil. España contra España, la revolución frente a la Tradición y el militarismo. Una dura posguerra que poco a poco se fue dejando atrás, y que, unidos como hermanos, se levantó un país entero, llevándolo a la cabeza de Europa en economía, seguridad, prosperidad, etc. Tras una transición hacia la democracia, nuevos enemigos surgieron, y con las ansias de mostrar una sociedad que no era, ha ido perdiendo poco a poco su identidad española, pero aun con ese valor de no avergonzarse de lo que se fue y lo que somos.
Mucho nos queda por afrontar como país, pero con el recuerdo de lo que hemos sido, nuestro legado, nuestra cultura. España no es el pasado, es lo que somos hoy, la historia que nos une.
