Consejos para profesores de flauta travesera para evaluar a un alumno de nivel elemental

Para evaluar correctamente el transcurso del aprendizaje de flauta travesera      de nivel elemental, para mi es primordial que la  relación con el/la alumno/a  sea cordial y respetuosa. Siempre me ha gustado conocer el carácter del/la niño/a para así ayudarle en su desarrollo. Le ofrezco confianza y la posibilidad de pedir ayuda cuando lo necesite, creando un clima de respeto mutuo y de amistad. Contribuyo a que desarrolle iniciativas y planteamientos propios, le oriento y le facilito un aprendizaje placentero.

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La  buena comunicación, entendimiento y cooperación del/la profesor/a con la  familia      del/la menor es esencial. Esta comunicación se puede desarrollar a través de una agenda de clase, tutorías presenciales, el correo electrónico y el teléfono.

A medida que voy conociendo y formándome una idea de la actitud del/la alumno/a hacia la flauta, de sus posibilidades y de su interés mediante el seguimiento semanal, voy estableciendo unos  criterios  para ir haciendo una  evaluación continuada  a lo largo del curso. Este seguimiento ayudará a que los resultados sean mejores, ya que me daré cuenta puntualmente de la situación y podré ayudar a superar una dificultad dada y a progresar. Además, así informaré objetivamente a la familia de la situación.

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Comienzo siempre el trabajo a partir de una  evaluación inicial  que me indica el punto de partida real. Esta prospección, que realizo durante las  actividades de enseñanza-aprendizaje, es la que me permite valorar el grado de familiaridad y dominio de los contenidos de tipo procedimental. La respuesta de los/as alumnos/as a preguntas que formulo de forma oral son útiles para evaluar los conocimientos iniciales en lo que se refiere a  contenidos de tipo conceptual.

La mayor parte de las actividades de  enseñanza-aprendizaje      son de  evaluación formativa, ya que valoro siempre el progreso y dificultades que el/la alumno/a realiza en cada uno de los ámbitos previstos en la programación. Esta evaluación formativa me permite además valorar los  contenidos de tipo actitudinal  y también, en su momento, evaluar la idoneidad de la programación que he llevado a cabo.

Para la  evaluación final  tengo mucho en cuenta no sólo los resultados alcanzados sino, sobre todo, la evolución realizada, así como la  autoevaluación      del alumno respecto a su propio progreso.

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