Mi primera clase como profesora particular

Mi primera clase particular, recuerdo que fue con 18 años, hace exactamente 8 años. Estaba muy nerviosa, no sabía si iba a valer para ello, si mi alumno iba a ser capaz de entenderme, si conseguiría ayudarme y un sinfín de interrogantes más.

Una vez terminada la clase, me di cuenta de que era eso a lo que quería dedicarme el resto de mi vida, disfruté muchísimo transmitiendo mis conocimientos a ese niño, compartiendo mi tiempo con él y viendo como él me veía como su profesora, y su ayuda.

Y por qué me dedico a ser maestro. Pues lo que más me apasiona de este trabajo es poder educar y ayudar a los niños para su futura vida y formación profesional, y que todo eso dependa en cierta parte de mi, es una responsabilidad muy importante y muy bonita.

Cuando yo era pequeña, tengo muchos recuerdos de todos mis profesores, de unos más que de otros, todo hay que decirlo, pero muchos de ellos han dejado una huella muy grande en mi, y eso es algo que a mí me gustaría conseguir en mis alumnos, dejar huella, que me recuerden como una persona que les ha ayudado, enseñado, y un espejo en el que poder mirarse.

Empieza a dar clases particulares

Para mí, hay muy pocas cosas comparables con la emoción intelectual de ver como un alumno aprende gracias a ti, ver como se va empapando de conocimientos, va consiguiendo poco a poco su objetivo y va sintiéndose más grande, en parte gracias a ti.

Recibe nuevos alumnos