Hoy en día, con la velocidad a la que nos movemos, muchas veces nos olvidamos de la comida. Comemos cualquier cosa en cualquier momento, sin importarnos cómo le afecta al organismo. Como profesional de la cocina, voy a tratar esta temática con la importancia que merece.
Por ello, algo que se está poniendo de moda desde hace unos años (en inglés batchcooking) es la planificación de las comidas. Para que nuestro cuerpo obtenga todos los nutrientes esenciales, la dieta debe estar equilibrada y variada (lo que siempre nos han dicho en el colegio), por este motivo, ello requiere de una consciencia y preparación, que si la dejamos en manos del azar puede resultar desastrosa.
Junto con esto, la planificación también ayuda a la economía individual y familiar, y muy importante, al aprovechamiento de los alimentos y recursos. Gracias a la organización de los platos, se puede ahorrar mucho dinero y mezclar sano con menos sano.
El proceso de la planificación, como todo, se va consiguiendo poco a poco, y se puede empezar con pequeños gestos. Por ejemplo, es superútil a la hora de ir a comprar, aprovechar las frutas y verduras que estén de temporada, ya que te va a permitir comer más rico y más barato. También, como toda abuela sabe, es importante para la economía de nuestra localidad, apoyar a los pequeños comercios y comprar en establecimientos o mercadillos, así que lo ideal sería que todos los productos frescos los compraras en pequeños establecimientos, como siempre se ha hecho, porque aunque pueda parecer un malgasto de tiempo, estarás ahorrando dinero e ingiriendo alimentos de mejor calidad.
Bueno, y ahora que ya hemos hablado de los beneficios más prácticos, podemos pasar a mencionar lo rica y variada que se va a convertir tu dieta una vez que vayas organizando los platos. Todos sabemos lo que es la pirámide nutricional, y los alimentos que hay que tomar en mayor o menor medida. No vengo aquí a hablar de ese tema, porque para ello están doctores, nutricionistas y expertos en la materia, además de que a cada cuerpo le benefician unos métodos u otros. Sin embargo, al pensar en qué voy a comer a lo largo de los días o durante esta semana, me permito la capacidad de ser creativo, de innovar, de poder seguir un régimen concreto, de no caer en tentaciones, de equilibrar nutrientes o de gastar lo que se nos esté estropeando en la nevera.
Además, muchas recetas se pueden acompañar de los mismos acompañamientos o muchas elaboraciones son compartidas por la mayoría de recetas. Por ejemplo, esto significa que al realizar un sofrito de verduras, ya puedes preparar cualquier guiso de pescado, carne, arroz, legumbres o pasta. El haber realizado este sofrito previamente te permitirá ahorrar tiempo y poder optimizar las recetas, teniendo ya la base de cualquier plato, y así con cada elaboración. Además, si lo preparas con verduras frescas, evitas los congelados, que aunque contengan los mismos nutrientes que los frescos, tienen otra textura, no son de temporada y generan residuos plásticos.
Por todo ello, recomiendo gastar unas horitas a la semana en verdaderamente comer lo que nos apetezca sin necesidad de tener que pedirlo a un restaurante, siendo conscientes del origen de nuestros alimentos y sintiéndonos dueños de nuestra propia alimentación.
