Descripción del anuncio
Soy ingeniero y desde hace más de 5 años dedico gran parte de mi tiempo a lo que más me apasiona: acompañar a alumnos de primaria hasta 4º de la ESO en su camino académico y personal. A lo largo de este tiempo he tenido la suerte de ver cómo cada uno de ellos mejoraba, no solo en sus notas, sino también en su confianza, en su motivación y en su manera de enfrentarse al aprendizaje. Esa es la mayor recompensa que un profesor puede recibir.
En mis clases he trabajado con todo tipo de estudiantes: desde repetidores que pensaban que “ya no había solución”, hasta alumnos que habían perdido meses de clase por enfermedad o con dificultades como el TDH. En todos los casos, el resultado ha sido el mismo: avance, superación y una mejora clara en su rendimiento. Porque no se trata únicamente de enseñar una asignatura, sino de acompañar a cada alumno a descubrir que es capaz de mucho más de lo que cree.
Imparto todas las materias, con especial atención a las ciencias gracias a mi formación en ingeniería, pero no me limito a explicar contenidos. Mi manera de enseñar es flexible y se adapta a cada alumno. Uso todos los métodos posibles: ejemplos prácticos, refuerzo positivo, motivación constante, paciencia infinita y la capacidad de transformar los errores en oportunidades de aprendizaje. No creo en fórmulas mágicas, sino en la personalización: cada estudiante es único, y por eso cada clase también lo es.
Además, defiendo con fuerza el valor de las clases presenciales. Hoy en día lo online es cómodo, pero el aprendizaje es mucho más que transmitir información. El vínculo humano que se crea cara a cara, la confianza que se establece y la posibilidad de acompañar de manera cercana son insustituibles. Ese vínculo es el motor que impulsa a los alumnos a esforzarse, a confiar en mí como profesor y, sobre todo, a confiar en sí mismos.