Adrià Casas

Empecé a hacer música a los 14 años como baterista. Estudié bateria unos años en el Taller de Músics, luego en la Escuela Jam Session y después seguí como autodidacta.

Ser bateria es genial, ya que te permite tocar con un montón de gente, ver lo que hacen los otros músicos, aprender de ellos y empaparte de estilos diferentes.

De adolescente tocava tanto en combos de jazz como en grupos de punk, rock alternativo, grunge, electro e incluso estuve tocando una vez en un grupito de versiones de metal, pero confieso que lo del doble bombo no era lo mío. En época universitaria me especialicé en bandas de pop rock alternativo, en su mayoría música indie con incursiones en la neo-psicodelia. En aquel momento estava muy de moda el "dance rock", así que los ritmos discotequeros y metronomicos de inspiración New Wave eran el clásico del momento. Toqué en bandas de este tipo en Barcelona y luego en Paris donde llegué a estar metido en siete grupos distintos. Allí en Paris es cuando empecé a producir mi propia música rascando la guitarra y cantando. Con la idea de producir música tocando instrumentos intuitivamente, sin una base, fundé una banda super rara que nadie conoce llamada MOB con la que hice una pequeña e inolvidable tournée por bares de Paris y de la que estoy muy orgulloso. De vuelta a Barcelona seguí fundando mis propios grupos, esta vez como cantante y compositor. El primero fué Bläue, un grupo de pop rock bastante histérico y delirante en catalán y francés que monté con los colegas y con el que publicamos un par de discos. Con él en el año 2014 empecé a a usar Ableton Live para grabar temas. Lo usamos con el grupo para autoproducir el segundo y último disco de Bläue: Abans Estàvem al Món (2016).

Desde entonces se ha convertido en mi herramienta de producción musical. La que uso hoy en dia en mi estudio portatil para fabricar los tracks de mi actual proyecto de glitch pop electrónico llamado Pixel de Stael. Un proyecto esencialmente electrónico abierto a la experimentación con sonidos de errores de todo tipo generados artificialmente o captados en el entorno, inspirado por la sociedad del colapso en la que estamos inmersos. Todo con el propósito de construir una música pop que sea representativa del momento con sentido crítico, humor y un mensaje positivo.