Ainhoa

Me llamo Ainhoa y soy una apasionada de la enseñanza. Desde 2019 me dedico a la docencia y cada día encuentro en mi trabajo una fuente de motivación y satisfacción. Para mí, enseñar no es solo transmitir conocimientos, sino acompañar a cada alumno en su proceso de aprendizaje, descubrir sus fortalezas y ayudarles a superar sus desafíos. Ver cómo mis estudiantes alcanzan sus metas, especialmente en momentos tan decisivos como la selectividad, es lo que me impulsa a seguir mejorando y buscando nuevas estrategias pedagógicas. A lo largo de mi trayectoria, he conseguido que todos mis alumnos aprueben la selectividad, un logro que refleja no solo mi compromiso profesional, sino también la confianza y el esfuerzo conjunto que construimos con ellos.

Soy filóloga de formación, y esta pasión por la lengua y la literatura ha sido siempre una guía en mi desarrollo académico y profesional. Complementé mi formación con un Máster en Formación del Profesorado, lo que me ha permitido integrar conocimientos teóricos y prácticos, así como dominar distintas metodologías de enseñanza adaptadas a las necesidades de cada estudiante. Durante mi etapa educativa obtuve el Premio Extraordinario de Bachillerato, con una nota final de 9,10, y en selectividad logré una calificación de 12,5. Estos logros no solo reflejan mi constancia y disciplina, sino también mi entusiasmo por aprender y superarme continuamente.

Mi enfoque como docente combina rigor académico, creatividad y cercanía. Me gusta fomentar un ambiente en el que los alumnos se sientan motivados y acompañados, donde puedan expresar sus dudas sin miedo y desarrollar su pensamiento crítico. Creo firmemente que cada estudiante tiene un potencial único, y mi labor es ayudarle a descubrirlo y explotarlo al máximo.

Además, considero que la educación va más allá de la transmisión de conocimientos. Enseñar implica inspirar, motivar y preparar a los jóvenes para enfrentar nuevos retos con seguridad y confianza. Por eso, mi trabajo siempre busca equilibrar la excelencia académica con la formación integral de mis alumnos, acompañándolos en su crecimiento personal y académico.

En resumen, mi vocación por la enseñanza, mi formación académica y mi experiencia docente me permiten combinar pasión, conocimiento y metodología para ofrecer a mis alumnos la mejor orientación posible. Cada día en el aula es una oportunidad para aprender, enseñar y motivar, y ese es, sin duda, el aspecto más gratificante de mi profesión.