Andoni Vázquez Arza

El secreto para ser un buen profesor consiste en entender rápidamente a tu alumno/a y ofrecer unas clases personalizadas y dinámicas. Existen herramientas de todo tipo para conseguir que alguien comprenda la belleza de la Física, la Matemática, la Química o la Biología. El mayor problema de estas asignaturas científicas suele recaer en el estrés que generan y la nula habilidad de los profesores para descomponer la teoría y la práctica en píldoras simples y bien ordenadas.

Tengo experiencia de años haciendo que los jóvenes de mis alrededores consigan superar los exámenes con el mínimo estrés, superando incluso las metas que se habían propuesto a nivel de calificaciones. Ya sea el examen de Selectividad, o superar esa asignatura que creías perdida, o salvar un curso que se ha ido complicando con el paso del tiempo, nada de eso es imposible.

Yo mismo era un alumno aplastado por el sistema de profesores que han perdido la voluntad de enseñar, y me he propuesto hacer lo posible por evitarles esa experiencia a la gente que sea posible. Para eso, he desarrollado un método, siguiendo la rama del método Waldorf, que potencia la imaginación y el pensamiento crítico.

Las clases se dividen en tres bloques principales: Teoría, Ejercicios y Discusión. El orden y número de clases se decidirá entre alumno y maestro. En la teoría os explicaré el fundamento de la asignatura, desde la base hasta la cima, para poder seguir los ejercicios. En la Discusión, debatiremos sobre puntos ciegos, y asuntos que normalmente se olvidan a la hora de desarrollar el tema.