Andrea López Conde

Aprender a tocar un instrumento puede ser tan divertido como transformador. ¿Transformador? ¿Por qué? El estudio, la práctica y el juego* son vías que pueden trabajarse desde dentro hacia fuera afectando así a otras áreas de nuestra vida a nivel de organización, concentración y paz mental.

Hace ya 10 años que doy clases de forma ininterrumpida. La mayor parte de mi ejercicio ha sido en clases particulares, pero también en algunas escuelas. De vez en cuando procuro unir a varios alumnos con gustos similares para tocar juntos, tanto adultos como niños y procuro convertir las clases en algo más que un aprendizaje meramente musical, incluyendo ejercicios para la salud de la espalda, organización, metodología, etc. Me gusta transmitir la música como un estilo de vida y apoyar el material y las clases con audiciones, recomendaciones para conciertos, etc.

Mis métodos son dinámicos y con mayor tendencia al desarrollo del oído y la musicalidad. Evito métodos que focalicen el aprendizaje mediante la lectura contínua de partituras ya que, al final, el papel no es quien suena. Procuraremos trabajar, además de la lectura, también memorizando, escuchando, improvisando y analizando para comprender qué se está haciendo y por qué (todo siempre adaptado a la exigencia o necesidades de cada alumno! No trabajaremos igual con alguien que se prepare para pruebas de acceso que con alguien que solamente quiera tocar por placer).

Si tienes cualquier duda, consulta o curiosidad, ¡no lo dudes y contáctame sin compromiso! Quizás pueda ser tu próxima profesora, o quizás pueda ayudarte a saber qué buscar para encontrar al profesor que necesitas :)

*(qué maravillosas aquellas lenguas cuya forma de decir "tocar un instrumento" se hace mediante el verbo jugar; play the cello, jouez du violoncel...)