Hablar de mi experiencia con Andrés Aragón es, sin duda, hablar de una de las etapas más significativas y enriquecedoras de mi vida musical y personal. Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que mi tiempo de aprendizaje con él fue la mejor experiencia que he tenido en mi formación como músico. No se trata solamente de su vasto conocimiento del corno, que es profundo, preciso y lleno de matices técnicos y musicales, sino de la manera en la que transmite ese conocimiento y lo convierte en una experiencia transformadora para sus estudiantes.
Desde el primer momento, pude notar que Andrés Aragón no es un profesor común. Su manera de abordar la enseñanza parte de lo fundamental: el sonido, la respiración, la técnica básica que sostiene todo el arte de tocar el corno. Él cree firmemente que si uno domina lo esencial con disciplina y paciencia, podrá llegar al nivel más alto de expresión artística. Y bajo su guía, cada lección era mucho más que un ejercicio: era un camino hacia el descubrim
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