Soy estudiante de tercer año de Psicología y, desde que salí del instituto, he estudiado siempre a distancia y de forma autónoma. Esa experiencia me ha hecho conocer bien lo difícil que puede ser enfrentarse a un libro que es correctísimo en sus términos, pero muy poco didáctico.
Creo que cuando alguien acude a un profesor suele ser porque la forma o el ritmo con el que se explica en clase no en...
Soy estudiante de tercer año de Psicología y, desde que salí del instituto, he estudiado siempre a distancia y de forma autónoma. Esa experiencia me ha hecho conocer bien lo difícil que puede ser enfrentarse a un libro que es correctísimo en sus términos, pero muy poco didáctico.
Creo que cuando alguien acude a un profesor suele ser porque la forma o el ritmo con el que se explica en clase no encaja con esa persona, y es necesario buscar otras maneras de hacer que el alumno conecte con la materia. A mí, por ejemplo, me frustraba mucho que en matemáticas se utilizaran constantemente términos muy técnicos, porque eso hacía que desconectara aunque el contenido no fuera tan complicado.
Por otro lado, la biología siempre me ha encantado. Fue mi otra opción de carrera y los temas relacionados con biología dentro de Psicología me fascinan.
Mi objetivo es ser la profesora que a mí me habría gustado tener: explicar en el menor tiempo posible, de forma clara y con ejemplos de estar por casa, lo que suele resultar más lioso.
Otra cosa que creo que es indispensable es el seguimiento. Es duro cuando no consigues hacer un ejercicio y no hay suficiente tiempo en clase para explicarte porqué y como te equivocaste. Por eso, después de las clases, propongo ejercicios en los que el alumno me explica en qué punto se ha trabado. De esta forma puedo enseñarle cómo continuar el razonamiento, sin darle directamente la respuesta, evitando así la frustración y el abandono.
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