A la atención de quien corresponda,
El primer día que visité un instituto no debía de tener más de ocho años. Mi padre, que impartía Física y Química en un modesto centro de un pueblo cercano al nuestro, decidió hacerme una visita guiada por sus instalaciones una tarde que debía personarse allí para hacer ciertas gestiones. Lo que en realidad no eran más que unas pocas aulas, para mí se convirti...
A la atención de quien corresponda,
El primer día que visité un instituto no debía de tener más de ocho años. Mi padre, que impartía Física y Química en un modesto centro de un pueblo cercano al nuestro, decidió hacerme una visita guiada por sus instalaciones una tarde que debía personarse allí para hacer ciertas gestiones. Lo que en realidad no eran más que unas pocas aulas, para mí se convirtió en un universo completamente nuevo repleto de secretos por descubrir. Cuando, poco después, me llevó al laboratorio donde él daba sus lecciones, me di cuenta, justo allí, entre probetas y experimentos, de lo mucho que habría disfrutado estando en el lugar de mi padre: coordinando las sesiones de clase, atendiendo las necesidades de los alumnos y guiando su aprendizaje.
A la edad de 15 años, comencé a trabajar como profesor particular para el alumnado de mi instituto gracias a mis buenas calificaciones, que facilitaron sobremanera mi autopromoción como docente privado. Pocos años después, una vez me gradué de Bachillerato, el número de estudiantes que acudían a mí para solicitar clases particulares se disparó, en gran parte debido a la calificación de 14 sobre 14 que obtuve en mis Pruebas de Acceso a la Universidad. Desde hace cinco años y hasta el día de hoy, he preparado a más de 15 alumnos de 2o de Bachillerato para la Selectividad, tanto en asignaturas troncales como Lengua Castellana y Literatura e Historia de España, como en asignaturas específicas como Matemáticas, Física y Química, obteniendo excelentes resultados.
Asimismo, esta pasión por la enseñanza se ha trasladado también a mi principal campo de estudio, la dramaturgia. He preparado a actrices y actores para las pruebas teóricas de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid; he coordinado grupos y talleres de teatro juvenil amateur en mi localidad natal, Torrevieja, y he escrito y dirigido más de siete obras textuales y musicales que he puesto en escena con actores tanto aficionados como profesionales. Además, he cursado el Máster de Formación del Profesorado en la Universidad Alfonso X El Sabio y me he formado en disciplinas como Pedagogía Teatral. De igual modo, cabe destacar la publicación de dos de mis textos teatrales por Ediciones Antígona: Nunca me gustó Cullera (2022) y Quelis (2023); así como mi mención especial en el XI Premio de Textos Breves del teatro Carro de Baco por la pieza Los chicos de Varsovia (2024), que será publicada por la entidad organizadora de dicho galardón.
Me considero una persona proactiva, eficaz, perseverante y empática, con una gran capacidad de trabajo, una pasión indiscutible por la enseñanza, una gran sensibilidad ligada a las Artes Escénicas, la Literatura y el Teatro, y una afición al deporte y la actividad física. De igual manera, soy consciente de todo lo que me queda por aprender. A día de hoy, estoy particularmente interesado en iniciar mi carrera como docente de Secundaria, ya sea en castellano o en inglés, y trasladar todo aquello que he estado haciendo a lo largo de mi vida de forma independiente a un contexto profesional que me permita medrar y hacer llegar mi labor a más gente, trascendiendo el espacio áulico y cultivando una una enseñanza holística, formativa, integral, competencial, individualizada, bilingüe, en valores y actualizada.
Quedo a su entera disposición en caso de que precisen más información sobre mi experiencia y formación, o bien si consideran procedente concertar una entrevista. Gracias por su tiempo.
Saludos cordiales, Carlos
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