Federico Cai

Soy un apasionado del deporte en general y del padel en especial manera. Es un deporte muy completo, lo considero un reto físico y mental. Sin duda un fenómeno social que desde hace unos años se ha puesto muy de moda gracias a sus fáciles inicios. No hay que cometer el error de considerar el padel como un deporte "fácil", en su etapa de aprocho es bastante sencillo pero luego tiene la complejidad de cualquier otro deporte, con su técnica, sus desplazamientos y sin duda la parte más divertida que es el mundo de la táctica que envuelve todo el resto. Lo primero que suelo comentar a mis alumnos suele ser que el padel es un juego que estimula tanto a nivel físico como mental, en práctica es como jugar al ajedrez corriendo. En mis años como docente de este deporte he podido constatar que el juego evoluciona con el nivel de los jugadores sin comprometer la diversión.
El primer contacto con un nuevo alumno o alumna suele ser una pequeña análisis de su juego en el caso tenga experiencia o de sus capacidades en el caso se esté iniciando. Me gusta planear con mis alumnos los objetivos que queremos conseguir, como por ejemplo: mejorar un golpe básico de revés, la volea de derecha o la bandeja entre otras cosas, trazar una progresión y dedicar el tiempo necesario a que el alumno asimile todos los aspectos que le proporcionarán un buen gesto. A lo largo del proceso de aprendizaje utilizo la grabación a cámara lenta y la video análisis como herramienta para corregir los detalles y para que los alumnos puedan ver y ser cocientes de cuáles son las cosas a mejorar. Aunque en un primer momento sea yo que hace la mayoría de correcciones me gusta que en poco tiempo los alumnos sean capaces de hacer "autocorreccion" de esta manera se dotan de una capacidad que luego pueden utilizar a lo largo de un partido (por ejemplo) para entender el origen de sus errores y que sean capaces de solucionar el problema, de otra manera seguirán cometiendo el mismo error sin entenderlo y posiblemente llegarán a frustrarse.
Disfruto mucho viendo las progresiones de mis alumnos y alumnas, como cada día se enganchan más al padel y vienen a clase con las ganas de aprender y mejorar, soy un afortunado que ha transformado su pasión en su trabajo y que además tiene la suerte de compartir mucho tiempo con gente maravillosa que quiere aprender este deporte.