Felipe Rodríguez Padilla

Entre los aspectos fundamentales de la enseñanza, práctica y aprendizaje del violín, se encuentra, desde luego, el método, cómo estudiamos, cómo nos aproximamos por primera vez a un repertorio, al estudio de la técnica, al estilo, a la musicalidad, al discurso. Resulta de vital importancia entender el ritual del estudio del violín como un proceso complejo, pero también disfrutable, más concentración en la calidad que en la longitud de tiempo del estudio; muchas veces obtenemos mejor resultado en un tiempo de estudio concentrado en 3 horas que en uno de 5 ó de 6, siempre que, con la inteligencia correspondiente, podamos aprender a resolver los problemas técnicos y estilísticos con mayor fluidez cada vez.

La técnica, como en todo, el pilar fundamental de la enseñanza, pero también la sensibilidad y la oportunidad de que el alumno aporte desde su talento, estudio y percepción, el discurso musical que quiera ofrecer. En el mundo de hoy, un violinista debe ser capaz de interpretar y estar presto para la mayor cantidad de áreas de desempeño, como solista, como miembro de un grupo de música de cámara o de una orquesta sinfónica. Debe saber abordar el repertorio orquestal universal, así como los diferentes estilos musicales que, dependiendo del interés, quiera aprender a ejecutar.

He tenido la oportunidad de estar presente en muchas master-clases de varios de los pedagogos y solistas más renombrados del violín, hecho el cual ha sido de un enorme aporte al conocimiento que estaría encantado de aportar en la enseñanza de este instrumento. ¡qué viva la música!