Gustavo Baras Quesada

Para cualquier alumno es traumático suspender una prueba, y mucho más lo es si tiene que repetir un año escolar.
Está demostrado que, en las aulas, los alumnos sólo captan un 50 % de la materia impartida. Ello se debe a múltiples razones: La cantidad de alumnos en un aula que rebasa el máximo aconsejado por pedagogos, lo que motiva que el profesor no pueda abarcar a todos los alumnos por igual al impartir la clase. Debido a ello, muchos alumnos comienzan a tener lo que se conoce como “atención dispersa”; y que es reflejado en que no se concentra en la clase, sino empieza a divagar sus pensamientos hacia otras cosas. Si a ello le sumamos que hay profesores que no están motivados para impartir las materias, que los alumnos pueden tener miedo escénico para preguntar en clase, pensando de que se pueden burlar de él; ello se convierte en el caldo de cultivo para múltiples problemas de asimilación y de aprendizaje, que derivan en la no aprobación de los exámenes, y hasta en la repetición de un grado escolar.
Está demostrado pedagógicamente que un alumno suspenso o repitente, siente una gran frustración, y se amilana, queriendo abandonar muchas veces los estudios. Es por esa razón que el repasador es un ente fundamental en la obtención de buenos resultados académicos. Con la utilización de los últimos avances de la psicopedagogía y de la metodología escolar, hemos siempre obtenido resultados relevantes y alentadores que avalan la presentación de este anuncio.
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