Héctor Martínez González

Desde una edad temprana, me di cuenta de que la programación era algo que disfrutaba y a lo que quería dedicarme en el futuro. A los 11 años, comencé a aprender los fundamentos de la programación, y desde entonces no he parado. En mi carrera profesional, he trabajado en diferentes proyectos y tecnologías, lo que me ha permitido acumular una amplia experiencia en el campo.

Cuando comienzo a trabajar con un estudiante, me aseguro de entender su nivel actual de conocimientos y sus objetivos. Con esta información, adapto mi enfoque para satisfacer sus necesidades específicas. En mi primera clase, dedico tiempo a establecer los objetivos de aprendizaje del estudiante y a identificar cualquier área que pueda necesitar trabajo adicional.

Mi enfoque de enseñanza se basa en asegurarme de que el estudiante entienda profundamente los conceptos detrás de lo que hace. Esto significa que no solo les enseño cómo hacer las cosas, sino que les ayudo a comprender por qué se hacen de cierta manera y no de otra. Al fomentar esta comprensión profunda, ayudo a mis estudiantes a desarrollar habilidades que les permitirán abordar problemas en una amplia variedad de contextos y situaciones.

Al mismo tiempo, no tengo problema con que algunos estudiantes pueden estar buscando ayuda específicamente con su trabajo en el aula. Si ese es el caso, trabajaré con el estudiante para asegurarme de que comprendan el material requerido y puedan abordar con éxito cualquier tarea que se les asigne.

En resumen, mi objetivo final al enseñar programación es ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades bien sólidas de programación. Quiero que mis estudiantes se sientan seguros para resolver cualquier problema que se les presente, tanto dentro como fuera del aula usando como herramientas su ingenio y la programación.