El agua líquida es más densa que el hielo y eso ha constituido una clave fundamental para que haya podido desarrollarse la vida en nuestro planeta.
Te convenceré de forma muy sencilla: cuando metes hielo en un vaso de agua el hielo flota sobre el agua. Eso significa que debe ser menos denso, si fuera más denso (como lo son las piedras, por ejemplo) se hundiría. Lo mismo ocurre en los lugares donde hace mucho frío, seguro que has visto en alguna película o serie (o has tenido la suerte de vivirlo) que cuando un lago se hiela hay que tener mucho cuidado porque debajo sigue habiendo agua líquida. ¡Esto es lo que ha permitido que se desarrollase vida acuática aún en lugares muy fríos!
La densidad del hielo es de 0.916 g/cm^3; mientras que, la del agua es de 0.997 g/cm^3.
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