Isis Fernandez Perez

Es fundamental conocer la forma de estudio de cada alumno para poder adaptarse a sus gustos, capacidades y metodologías. No todos aprendemos de la misma manera, y comprender ese aspecto es clave para construir una estructura sólida sobre la cual ir sumando conocimientos de forma progresiva y eficiente. A menudo se subestima la importancia de la personalización en el aprendizaje, pero en realidad es un factor determinante para lograr una mejora constante. Si logramos establecer una comunicación en la que ambos estemos en la misma sintonía —hablando el mismo lenguaje, por así decirlo—, el proceso de enseñanza se vuelve mucho más fluido, motivador y enriquecedor.

Desde siempre me ha interesado ayudar a mis compañeros a estudiar. Ya fuera durante los recreos, en los pasillos o antes de los exámenes, solía explicarles los temas que yo ya había comprendido. Esto no solo les ayudaba a ellos a mejorar sus calificaciones, sino que también reforzaba mis propios conocimientos. Enseñar me permitía repasar lo aprendido, detectar posibles dudas y afianzar mi seguridad sobre el contenido. En un sistema educativo que cada vez valora más las notas, los títulos y la competencia, formar una base sólida desde el principio se convierte en un paso esencial para destacar y avanzar con confianza.

Por eso, creo firmemente en el aprendizaje colaborativo, donde todos podemos aportar algo y beneficiarnos mutuamente del proceso. Escuchar distintas formas de entender un mismo concepto enriquece la perspectiva y favorece el pensamiento crítico. Además, aprender con otros hace que el camino académico sea menos solitario y mas divertido.