Las clases son muy divertidas y dinámicas, procurando siempre asentar los conocimientos aprendidos en las anteriores clases y añadiendo otros nuevos. Iván tiene una paciencia infinita sin perder nunca la sonrisa y se implica al cien por cien en el seguimiento de la evolución del alumno. En resumen, hace que el aprendizaje de un instrumento tan complejo como la guitarra sea algo muy agradable y divertido. Totalmente recomendable.
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