La Ilustración fue un movimiento intelectual y filosófico que se desarrolló en Europa a lo largo del siglo XVIII (aunque podamos rastrear a alguno de sus precursores, como Descartes o Locke hasta el siglo XVII), principalmente en Francia, Alemania y Reino Unido (aunque tuvo exponentes en muchos otros países europeos). Los filósofos de la Ilustración pusieron gran énfasis en la libertad de pensamiento y en la educación como herramienta fundamental para la felicidad, la emancipación y el progreso de la humanidad (su principal preocupación). Eran, en su mayoría, filósofos teístas (esto es, creían en Dios, pero en un Dios racional de la naturaleza, no en el Dios cristiano). El movimiento ilustrado cultivó enormemente las ciencias naturales, las ciencias sociales (que nacieron en ese siglo) y las artes (fruto de su recopilación fue la primera Enciclopedia, de Diderot y D´Alembert), ejerció una fuerte crítica de la sociedad del antiguo régimen, y dio lugar a doctrinas políticas que alimentarían más tarde los debates de la Revolución Francesa. La forma política predominante en la época de la Ilustración fue el despotismo ilustrado. Esto es, los filósofos se acercaron a los reyes de las principales monarquías absolutas para aconsejarles sobre cómo debían gobernar para lograr la felicidad del pueblo, que era incapaz de alcanzarla por el momento porque en su mayoría no estaba instruido ("todo para el pueblo, pero sin el pueblo"). No obstante, la crítica ilustrada acabó por socavar las bases ideológicas de la legitimidad del antiguo régimen, tanto en el plano económico (propiedad vinculada, régimen señorial, restricciones al comercio), como en el plano social (sociedad estamental) y político (monarquía absoluta), y con ello puso las bases ideológicas de la Revolución Francesa y de las revoluciones burguesas del siglo XIX.

La Ilustración fue un movimiento intelectual y filosófico que se desarrolló en Europa a lo largo del siglo XVIII (aunque podamos rastrear a alguno de sus precursores, como Descartes o Locke hasta el siglo XVII), principalmente en Francia, Alemania y Reino Unido (aunque tuvo exponentes en muchos otros países europeos). Los filósofos de la Ilustración pusieron gran énfasis en la libertad de pensamiento y en la educación como herramienta fundamental para la felicidad, la emancipación y el progreso de la humanidad (su principal preocupación). Eran, en su mayoría, filósofos teístas (esto es, creían en Dios, pero en un Dios racional de la naturaleza, no en el Dios cristiano). El movimiento ilustrado cultivó enormemente las ciencias naturales, las ciencias sociales (que nacieron en ese siglo) y las artes (fruto de su recopilación fue la primera Enciclopedia, de Diderot y D´Alembert), ejerció una fuerte crítica de la sociedad del antiguo régimen, y dio lugar a doctrinas políticas que alimentarían más tarde los debates de la Revolución Francesa. La forma política predominante en la época de la Ilustración fue el despotismo ilustrado. Esto es, los filósofos se acercaron a los reyes de las principales monarquías absolutas para aconsejarles sobre cómo debían gobernar para lograr la felicidad del pueblo, que era incapaz de alcanzarla por el momento porque en su mayoría no estaba instruido ("todo para el pueblo, pero sin el pueblo"). No obstante, la crítica ilustrada acabó por socavar las bases ideológicas de la legitimidad del antiguo régimen, tanto en el plano económico (propiedad vinculada, régimen señorial, restricciones al comercio), como en el plano social (sociedad estamental) y político (monarquía absoluta), y con ello puso las bases ideológicas de la Revolución Francesa y de las revoluciones burguesas del siglo XIX.