Jesús Orta

Además de mis prácticas durante dos años en la carrera de magisterio, he tenido contacto con alumnos de primaria en diversas actividades de por la tarde en algunos colegios, relacionadas tanto con aspectos académicos como deportivos (también soy entrenador de baloncesto).

Podría decir muchas cosas sobre como me gustarían que fueran mis clases pero sobre todo una palabra simplificaría todas ellas: amenidad. Lo que más me gustaría es que mi alumno/a, durante la hora que tengamos clase no se dedique a mirar el reloj para ver cuanto falta para que acabe, sino que se encuentre a gusto y con ganas de aprender y mejorar. Me gusta escuchar al alumno y saber que necesidades reales sobre la materia tiene. Mis clases no pretendo basarlas únicamente desde la finalidad de tener que aprobar un examen, sino que considero que el aprendizaje en ellas es el medio para poder conseguirlo, no que deba ser esto el único objetivo.

Soy partidario de que las asignaturas más relacionadas con idiomas que imparto (Francés, inglés) la comunicación oral entre alumno y profesor sea el camino para mejorar todas las demás competencias y habilidades de esa lengua, por eso propongo que la mayor parte de la clase (en la medida de lo posible) nos comuniquemos alumno/a profesor en esa lengua impartida. Bajo mi punto de vista no sirve de nada aprender toda la gramática de una lengua si no sabes emplearla de forma hablada en cualquier situación cotidiana que se pueda presentar. Todo lo esencial, expresión oral y escrita, gramática, vocabulario etc debe estar relacionado entre sí. En cuanto a asignaturas como matemáticas, ciencias sociales o Naturales, creo que el planteamiento de situaciones reales y la autorreflexión del alumnado sean la forma más idóneas de resolver diferentes situaciones que conlleven al buen aprendizaje de dichas materias.