El comienzo con el piano es más amable que con el violin. Los pianistas suelen ser los principiantes que antes consiguen hacer sonar una melodía. El violinista tiene que aprender a fabricar el sonido desde el principio y eso lleva un tiempo de aprendizaje normalmente árido. Una vez superada esa primera fase es cuando aparece la principal dificultad general del piano, que es el manejo y dominio del instrumento en texturas polifónicas, cosa que no tienen otros instrumentos. Digamos que en una primera fase de toma de contacto el piano es más sencillo, en la siguiente fase de profundización posiblemente el piano acentúa su dificultad siendo probablemente superior y que ambos instrumentos son parecidos de dominar en su desarrollo final y en su técnica más virtuosística. Teniendo siempre en cuenta además, que cada instrumento plantea retos específicos: afinación y evolución del sonido en en caso del violin y trabajo polifónico y equilibrio en el balance del sonido en el caso del piano
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