Maria Pitarch

Estudié el grado superior de música en la ESMUC (Escola Superior de Música de Catalunya) y actualmente me continúo formando con profesores increíbles, que son una inspiración para mí. Por tanto, aunque esté graduada, considero que sigo siendo una estudiante de canto, y que probablemente lo seguiré siendo toda la vida, porque una de las piezas clave para ser un buen cantante y un buen profesor es no dejar de aprender nunca. Por este motivo, dar clases es un trabajo doblemente gratificante para mí: disfruto enormemente viendo el recorrido y el avance de los alumnos, y además puedo seguir aprendiendo canto desde otro punto de vista.

Llevo estudiando música desde los 5 años, y nunca me ha dejado de apasionar. Tras una infancia cantando en coros, sobre los 11 años descubrí el mundo de la ópera y me enamoré y, después de años insistiendo, por fin a los 13 años pude empezar a recibir clases. Puedo decir de primera mano que el sentimiento de que cada vez conoces y dominas más tu voz y, por tanto, puedes utilizarla para expresarte, es la sensación más gratificante del mundo.

Pero más allá del canto en sí, considero que conocimiento de la técnica vocal es una herramienta fundamental para todos aquellos que quieran tener una forma de usar la voz más sana y evitar tener fatiga vocal, especialmente si son personas que usan mucho su voz (como por ejemplo, si te dedicas a la docencia), y el canto es una manera increíblemente divertida de llevar esto a cabo.