Pablo Haro

Mi forma de enseñar se basa, sobre todo, en adaptarme a cada estudiante. Sé que cada persona aprende de manera diferente, con sus tiempos, sus intereses y sus propias formas de entender las cosas. Por eso, mi objetivo es siempre crear un espacio flexible, donde el alumno o la alumna se sienta cómodo, escuchado y acompañado.

Desde el primer día, me enfoco en conocer cuáles son sus fortalezas y en qué áreas necesita más apoyo. A partir de ahí, planifico las clases de forma personalizada, reforzando todo lo que más le cuesta y buscando siempre la manera más clara y práctica de explicarlo.

No sigo un método rígido, porque entiendo que no todos aprenden igual. Puedo usar ejercicios, ejemplos visuales, juegos, o simplemente conversar sobre los temas, según lo que mejor funcione para esa persona. Lo importante es que las clases tengan sentido para quien las recibe, y que se sienta en confianza para preguntar, equivocarse y crecer.

Además de enseñar contenidos, me gusta ayudar a que los estudiantes desarrollen herramientas que les sirvan más allá de la clase: cómo organizarse, cómo estudiar mejor, cómo confiar en lo que saben.

Para mí, enseñar no es solo explicar, es acompañar. Y cada clase es una oportunidad para avanzar paso a paso, con paciencia, motivación y mucha dedicación.