Paloma Sánchez

La enseñanza actual debe dejar de poner el foco en la obsesión por enseñar y centrarse en el impacto en la calidad del aprendizaje.
No tiene sentido decir: “Nosotros enseñamos bien pero los niños aprenden poco”; es como el vendedor que dice: “Yo vendo, pero nadie compra.”

Como docente, trato de preocuparme por cómo hacer que los alumnos accedan al aprendizaje y avancen en él.

Como maestra en Audición y Lenguaje, mi trabajo con los alumnos con necesidades me ha hecho darme cuenta de que todos nosotros pertenecemos a la diversidad, ya que cada persona va a tener unos intereses y ritmos de aprendizaje concretos. A todos algunas cosas se nos dan mejor y otras se nos dan peor sin necesidad de tener diagnosticado un trastorno.
Con esto quiero decir, que cuando hablamos de adaptar la educación a la diversidad, realmente estamos hablando de todo el alumnado.

Mis principios de enseñanza y que seguirán mis clases son:
- Partir del nivel de desarrollo del alumno, conocerlo y adaptar la enseñanza a él.
- Aprendizajes funcionales y significativos, que la forma de enseñar tengo un sentido y una función. Nuestras enseñanzas nacen de una sentimiento; y sin emoción no hay aprendizaje.
- Carácter lúdico y dinámico. Relacionado con el punto anterior, no podemos pretender que el aprendizaje nazca de un ambiente pasivo en el que el alumno recibe una gran cantidad de información. Trataré de establecer un enfoque activo que haga al alumno partícipe de su propio aprendizaje.

Los alumnos aprenden de aquellos docentes a los que aman, los que realmente les hacen sentir el aprendizaje, por ello para enseñar y aprender hace falta tener cuidado el corazón.