Rafael Gazo

Cuando visitamos un museo o una sala de exposiciones, sentimos que quizá nunca seremos capaces de emocionar a nadie con una obra de arte que podamos crear nosotros mismos. Por supuesto que para hacerlo, además de tener ciertas dotes innatas, hay que dominar lo que llamamos técnicas. Y hay tantas técnicas, sobre todo en dibujo, como seamos capaces de imaginar.
Muchas veces pensamos que sólo los que alcanzan eso denominado “estilo” son los que son capaces de elevarnos el alma al contemplar una obra. Y eso no es cierto ni mucho menos. El estilo además se confunde muchas veces con la repetición de obras, de tal manera que algunos artistas se creen diferentes por repetir una y otra vez, con leves variaciones, el mismo cuadro o dibujo. Por eso en muchas salas de exposiciones vemos docenas y docenas de cuadros “clónicos”, en los que sobre todo destaca bien grande la firma del autor.
Los grandes de la pintura de todos los tiempos pocas veces firmaban sus obras…
El arte se lleva dentro, la creatividad también, pero es lo mismo que un médico, puede tener una gran vocación, pero para ejercer la medicina (y lo digo con muchísima experiencia) hay que estudiar y aprender muchas cosas, a veces durante toda la vida.
Con las artes plásticas lo mismo.
Llevo desde muy niño dibujando y pintando, y de verdad que he disfrutado y disfruto muchísimo cuando sujeto un lápiz, o un pincel.
Me encanta transmitir todo lo que llevo dentro en este aspecto, y no sólo es cuestión de enseñar a manejar el lápiz de grafito, el de color, la tinta china, o los pinceles y el óleo; hay que aprender a “VER EL ARTE”, a comprobar que el más pequeño objeto puede tener ALMA, y merece la pena representar esa alma con la nuestra como instrumento. Si te animas yo lo intentaré… Y por cierto, no quiero que sepas pintar o dibujar como yo, quiero que seas tú mismo, pero repito, sí que procuraré darte todas las armas artísticas y técnicas para que lo consigas.