Regina Maria Sodre De Alckmin Marques

Las clases de inglés con un enfoque comunicativo buscan desarrollar la fluidez oral de los alumnos, priorizando la interacción y el uso práctico del idioma. Este enfoque se basa en la idea de que aprender un idioma es más efectivo cuando se utiliza en contextos significativos y reales. Las actividades en el aula están diseñadas para fomentar la participación activa, como diálogos, juegos de roles, debates, simulaciones y resolución de problemas, que reflejan situaciones cotidianas o profesionales.
En estas clases, el profesor actúa como facilitador, guiando a los estudiantes para que practiquen la expresión oral y la comprensión auditiva. Se enfatiza la comunicación natural, corrigiendo errores de manera constructiva sin interrumpir la fluidez. El vocabulario y la gramática se enseñan en función de las necesidades comunicativas, integrándolos en actividades que simulen escenarios reales, como pedir comida en un restaurante, negociar en un entorno laboral o charlar sobre intereses personales.
Además, se fomenta la confianza del estudiante para hablar sin miedo a equivocarse, creando un ambiente de apoyo donde el error es parte del aprendizaje. Se utilizan recursos auténticos, como videos, canciones o artículos, para exponer a los alumnos a diferentes acentos y estilos comunicativos. La interacción grupal también es clave, ya que permite practicar la escucha activa y responder de forma espontánea.
Este enfoque comunicativo garantiza que los alumnos no solo aprendan reglas lingüísticas, sino que adquieran la habilidad de comunicarse eficazmente, logrando una mayor fluidez y seguridad al hablar inglés en cualquier contexto.