Las clases las recibe mi hija de 8 años y sin duda Tamara no sólo es una gran profesional y educadora que tiene una calidad humana que destaca, después de comentarle que es lo que pretendíamos con las clases, aprender divirtiéndose, ella nos propuso una fórmula adaptada en cuando a días, tiempo de clase, material físico y didáctico, canciones, juegos y vídeos en lengua de signos, sin duda el interés personal que muestra se ve en la sonrisa de mi hija y en sus progresos.
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