Hablar en público es una necesidad en casi todos los trabajos. Si no sabes comunicar, es más difícil competir. ¿Quieres aprender?

¿Crees que hablar en público es algo natural? La mala noticia es que no, no lo es. La buena es que, como cualquier otra habilidad, se puede aprender.

Depende de cuál sea tu objetivo, las clases se estructuran según tus necesidades:

Si quieres aprender a ser un buen comunicador de una vez por todas… trabajamos desde la base hasta convertir la oratoria en una de tus habilidades
Si necesitas hacer una presentación concreta… trabajamos en el contexto de ese discurso y lo dejamos pulido.

¿CÓMO LO HACEMOS?
- Análisis de barreras

¿Qué es lo que te impide hablar en público? ¿Tus miedos son reales? ¿Lo has intentado alguna vez? ¿Cómo te ha ido?

- Herramientas
Todas las exposiciones públicas se basan en lo mismo: un discurso claro, estructurado, emocionante y convincente. Tanto si tienes que exponer tu TFG o tu tesis doctoral como si se trata de dirigirte a un comité de dirección empresarial o a un grupo de trabajo, las bases, técnicas y herramientas son las mismas.

¿Qué tienes que trabajar para conseguir ser un buen comunicador?

1. Tus habilidades físicas
La voz: vocalización, entonación, expresividad.
El lenguaje no verbal: postura, gestos, mirada

2. La estructura del discurso
¿Cuál es el tema de la exposición?
¿Qué objetivos quiero conseguir con ella? Vender, enseñar, informar, persuadir
¿Quién es mi público/audiencia?

3. El desarrollo del discurso
Un buen principio. Romper el hielo y captar la atención
Control del tiempo. Del elevator pitch a la conferencia
Un final inolvidable. Haz que te recuerden

- Metodología
Si hay una disciplina en la que la práctica es imprescindible, esa es la comunicación. Sólo hay una manera de aprender y es practicando. Eso sí: de la manera más amena posible. Sobre el supuesto práctico que quieras dominar, trabajaremos con las herramientas necesarias hasta que quedes satisfecho con el resultado.

Se admiten consultas, dudas, inquietudes y solicitudes sin ningún compromiso.

La disponibilidad horaria se adapta a cada cliente. No se trata de encajar la clase en un hueco apresurado, sino a tener un tiempo de calidad en el que tu atención sea plena. Y eso, no siempre sucede a las mismas horas.

Sobre mi, te diré que llevo 30 años trabajando en medios de comunicación y entrenando portavoces. ¿Te animas a que trabajemos juntos?