Como cada estudiante es un mundo, las primera sesión sería una toma de contacto para ver cuál es la situación del alumno y conocernos un poco. Después podremos establecer una dinámica de clases, que podrían variar desde lecturas y presentaciones con, hasta vídeos educativos e incluso juegos, pasando ejercicios de explicación, narración o resúmenes.
Uno de mis objetivos principales es que los al...
Como cada estudiante es un mundo, las primera sesión sería una toma de contacto para ver cuál es la situación del alumno y conocernos un poco. Después podremos establecer una dinámica de clases, que podrían variar desde lecturas y presentaciones con, hasta vídeos educativos e incluso juegos, pasando ejercicios de explicación, narración o resúmenes.
Uno de mis objetivos principales es que los alumnos aprendan el temario en lugar de estudiarlo para después vomitarlo en un examen. Para ello, es importante que el profesor se adapte a los estudiantes y no al revés. Por otro lado, el entretenimiento, la curiosidad y el entusiasmo son las mejores herramientas para cualquier tipo de formación, por lo que la dinámica de la clase y la metodología empleada podrían variar dependiendo del perfil de los alumnos, todo con el objetivo de crear un entorno cómodo y divertido además de educativo.
Un modelo a seguir podría ser lo que se conoce como aula invertida, que consistiría en estudiar el tema por cuenta propia para después trabajar en clase sobre lo que se ha estudiado. Este método ayudaría a optimizar el tiempo y ritmo de las clases, pudiendo así impartir todo el temario sin prisas ni preocupaciones. Además, este modelo permite al profesor centrarse en atender las dudas y necesidades especiales de cada alumno, desarrollar proyectos cooperativos o trabajos.
En resumen, mi intención no es solo la de enseñar, sino entretener, involucrarme con los alumnos y aprender de ellos para crear una buena experiencia a la vez que se obtienen resultados.
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