Lo sé! Parece más fácil de lo que realmente puede llegar a ser en un primer momento. En la mayoría de los casos, empezamos a aprender un idioma con un libro de texto en frente, y eso está bien. Pero en mi humilde opinión, para realmente conseguir hablar un idioma se debe usar el idioma.
A través de imágenes, gestos, preguntas simples o repetición de expresiones y vocabulario. Se puede conseguir fácilmente perder ese miedo y focalizarnos en seguir aprendiendo y conseguir nuestros propios objetivos.
Igual que de pequeños copiamos lo que vemos, al comenzar un nuevo idioma o al querer perfeccionar el que ya nos han intentado enseñar en el colegio, deberíamos repetir lo que vemos. Repetir de forma consciente, entendiendo lo que estamos aprendiendo y así conseguir una compresión y aprendizaje de forma más efectiva.
Aquí tenemos algunas ideas principales para poder conseguirlo:
- Hablar y preguntar sobre situaciones diarias nos permitirá repetir y responder preguntas sencillas.
- Conversar con una sola persona para focalizar nuestro aprendizaje, es más sencillo y nos podemos ayudar de un profesional que nos asista de forma personalizada.
- Permitirnos cometer errores y saber que ello nos ayudará a mejorar.
- Intentar entender nuestro miedo para poder identificar nuestros puntos débiles y nuestras áreas de progreso.
Dándonos el tiempo necesario y saliendo poco a poco de nuestra zona de confort para poder avanzar, nos beneficiará tanto en obtener la satisfacción de lo aprendido, como en disfrutar del proceso y el camino que nos ha llevado a ello.