Alejandro Fernández San Román

Mi nombre es Alejandro Fernández San Román, he sido profesor particular desde que empecé la universidad porque me di cuenta que la programación que a mi me apasionaba, cuando llegaba al aula no me enseñaban nada, o me mandaban ejercicios sin sentido y que no les veía utilidad. Yo aprendí a programar jugando con el código, retándome a mi mismo y he entendido que esa es la mejor forma de enseñar programación. A parte, mi visión sobre la programación es la visión de un ingeniero, no hago código bueno, hago código óptimo, tiendo a hacer un código que no pueda ser superado y me encanta enseñar como eso se puede lograr.
Mi método de enseñanza es simple, priorizo 3 cosas, la primera es que aprendas, porque de poco vale que gracias a mi entregues tus prácticas y apruebes si al año siguiente vas a volver a necesitar a otro profesor, a mi como profesor me encanta cada vez tener menos las riendas de las clases y que cada vez sean más mis alumnos los que más cosas van a ir haciendo, pues más van sabiendo.
Lo segundo que priorizo es un código bueno, me encanta enseñar códigos muy buenos para que se queden con buenas praxis, he estado en mi universidad corrigiendo prácticas junto a mis profesores y sé lo que se mira para poner menor o mayor nota por lo que tiendo a enseñar las mejores actitudes a la hora de programar. Junto a esto viene que mis alumnos suelen sacar muy buenas notas y como profesor me siento muy orgulloso.
Cómo última cosa a priorizar es que te sientas a gusto en mis clases, me considero una persona amable, agradable, con la que mola interactuar y pasar el rato. Cuando yo he contratado a otros profesores particulares se ceñían en hacerme una práctica o hacer que la hiciese yo y no había nada más de lo que hablar, llegada la hora cada uno nos íbamos. Ese no es mi estilo, me gusta hablar, hacer que se sienta como que no soy un robot que hace tu código o que te dice donde poner ciertas cosas, me gusta crear un ambiente agradable.
Con esto puedo dejar claro por qué al menos a la mayoría de mis alumnos les gusta como enseño y terminan recomendándome a sus amigos. Quizá tú eres uno de ellos, estaré encantado de darte clase siempre y cuando pueda serte de ayuda.