Como monitora, creo en la importancia de la disciplina y el respeto para poder enseñar y para que los niños aprendan. En este sentido soy firme y asertiva con ellos, pero siempre utilizando la disciplina de una manera positiva, tal y como aprendí en mis dos años de experiencia. También creo profundamente en la importancia de la paciencia, la sensibilidad, la calma, escuchar y atender las emocione...
Como monitora, creo en la importancia de la disciplina y el respeto para poder enseñar y para que los niños aprendan. En este sentido soy firme y asertiva con ellos, pero siempre utilizando la disciplina de una manera positiva, tal y como aprendí en mis dos años de experiencia. También creo profundamente en la importancia de la paciencia, la sensibilidad, la calma, escuchar y atender las emociones de los niños. Entiendo que los niños deben sentirse respetados y queridos.
Relacionado con lo anterior, creo que cada niño es un mundo. Tanto por su individualidad, como por su entorno, habilidades y capacidades. Y creo que conocer a cada niño es vital para poder enseñar y, sobre todo, para que pueda desarrollarse de una manera sana, equilibrada y respetando su ritmo de desarrollo, algo tan importante sobre todo en edades tan tempranas.
Soy una persona organizada y creativa. Apuesto por las nuevas metodologías (proyectos, inteligencias múltiples, aprendizaje cooperativo) pues aportan herramientas muy útiles para conectar con el amor por el aprendizaje y la curiosidad, tan presente en la vida de un niño.
Soy una persona abierta al aprendizaje, a la investigación y a promover nuevas experiencias que mejoren la calidad de la enseñanza. Por último, creo en la figura del docente como guía, como persona que acompaña a los niños y les ayuda a caminar en una de las etapas más importantes de la vida, la infancia. Y esto para mí es, sencillamente, un privilegio.
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