Ana Carmen Vera Garrido

Enseñar una lengua no es tarea fácil. Se necesita experiencia para poder haber desarrollado una técnica y metodología sólida con las que los alumnos puedan avanzar y anticiparse a posibles obstáculos de aprendizaje. Para ello, es necesario tener un gran conocimiento y dominio de ambas lenguas a fin de saber adaptarse al alumno y a sus circunstancias.

Cada alumno es diferente y tiene un ritmo de aprendizaje distinto debido a muchos factores como el estrés ante una lengua que siempre se le ha resistido, sensación de frustración o impotencia al no avanzar, edad, predisposición, etc. Un profesor de inglés ha sido estudiante antes por eso sabe mejor que nadie cuáles son los retos y dificultades con los que se encuentra el alumno en su día a día cuando está aprendiendo una lengua extranjera.

Mi amplia formación y experiencia me han ido moldeando como profesor a lo largo de los años para aprender a adaptarme a las necesidades de mis alumnos y a darme cuenta de que no hay dos alumnos iguales, que lo que funciona con uno puede aburrir a otro y hacer que pierda el interés por lo que me voy adaptando según voy conciéndolo para que saquen el mayor partido a sus clases atendiendo también a sus necesidades educativas y edades. Mis clases son siempre personalizas, diferentes y dinámicas procurando la participación activa del alumno con diversidad de actividades y ejercicios de diferente índole. Hago que trabajen todas las destrezas haciendo hincapié en la base sin olvidar la parte comunicativa (habla y escucha activa) para que lo aprendido sea sólido y sirva como cimientos de lo que aprenderá con las clases sucesivas.