Aroa Nebot

Todo empezó cuando no sabía que estudiar una vez pasé del instituto a la universidad. Se me daban varias asignaturas bien, el latín, la economía, el inglés, la literatura universal... pero no me apetecía estudiar una filología, traducción e interpretación, ni nada relacionado con la economía, mucho menos ADE, las matemáticas y yo nos llevamos mal.
Así que mi hermano me recomendó publicidad.
Publicidad y Relaciones Públicas, en la Uji, Castellón, cerquita de casa y una carrera creativa, que empezaba a tener mucho renombre en ese momento porque manejaba una cartera de empresas colaboradoras muy tochas.
Aunque mi abuela, la mujer más sabia y que mejor me conocía de mi vida, siempre me dijo que fuera maestra, más por la vida cómoda que por la vocación.

¿A quién hice caso?
A mi hermano mayor, porque sabe vender muy bien las ideas.

¿A qué me estoy dedicando ahora?
A lo que me decía mi abuela. Pero por la vocación, no por la vida cómoda. Por vocación de acercar los conocimientos a quién siempre ha creído que el inglés no era para ellos, que era aburrido y una pérdida de tiempo.
Yo consigo hacerlo entretenido.

Igual que he conseguido que dos adolescentes de 15 años me pidan analizar sintácticamente frases en clase, que les encanta hacerlo.
(Sí, siempre será uno de los mejores logros de mi vida)

¿Cómo lo consigo?
Escuchando a mis alumnos, conociéndolos, creado con ellos personajes tontos, historias graciosas y hablando en su idioma, que nada tiene que ver con el español o en inglés, y mucho tiene que ver con entender lo que necesitan de mi. Mi metodología quizá sea el storytelling o el CLIL, pero lejos de todo eso es la empatía, que ninguna pregunta es tonta y que si me dices otra vez "I'm agree" te tiro un boli a la cabeza (aunque sea virtual).