Tiene amplios conocimientos de armonía, estilos y técnica de la guitarra y sabe transmitirlos.
Dispone de material musical variado.
Adapta el nivel de enseñanza a la capacidad del alumno.
Es receptivo a sugerencias del alumno.
Valora y anima al alumno en su aprendizaje.
El depósito de la paciencia lo tiene siempre lleno.
El de la amabilidad también.
Tiene mucho material y varias formas de enseñarte a tocar la guitarra, según tu estilo. Se aprende música y te deja el mástil sin zonas oscuras. Es muy ameno y flexible con los horarios.
No es solo todo lo que sabe y la capacidad que tiene para transmitirlo. Acabas teniendo, además de un profesor, una persona 10.!