Laura M. P.

En enero de 2006 comencé mi trayectoria como profesora; aún recuerdo aquellos largos viajes a Castellón y la ilusión compartida con mis primeros alumnos. Recuerdo el miedo a no estar a la altura y la satisfacción de haberlo logrado así como todos los momentos que he vivido con ellos, desde el primero al último.

Y aquí me encuentro, recordando como desde entonces hasta ahora todos estos momentos vividos con vosotros me han hecho crecer como persona y docente, como me han hecho aprender sobre mi misma y mejorarme día a día redescubriéndome a través de vosotros´, por todo esto, os doy las gracias.

Para mi, la mayor satisfacción de la docencia siempre ha sido ver como algo crece dentro de tu alumno y acompañarle hasta donde creyó que no podría llegar, la ilusión de guiarlo y compartir este camino.

Y en todos estos años he descubierto grandes verdades.
Que ser profesor no es una profesión, es una vocación, una actitud.
Que no basta con saber, hay que saber enseñar, transmitir.
Que ser un buen profesor es saber estar a la altura de las circunstancias, saber amoldarse a las necesidades de los alumnos y saber guiarlos, motivarlos y acompañarlos en el bello proceso del aprendizaje.
Que ser profesor es solucionar problemas y encontrar las soluciones y que el poder participar en esto es un privilegio a nivel personal, humano, y me encanta :).

Una cosa es saber y otra saber enseñar. Marco Tulio Cicerón

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