Lucía Martín Puerta

Mi experiencia ha sido de lo más variada en el ámbito musical y el laboral en general. Desde un principio, en la infancia, me sentí apasionada por la música, el movimiento y muchísimo por la danza. Empecé mi formación musical a través del piano. Más tarde descubrí el teatro y me atrajo con su expresión de los personajes a interpretar y me parecía un sueño poder combinar la expresión corporal, el verbo y el canto en un mismo espacio escénico.
A los 18 comencé mis estudios de canto en el conservatorio e inicié un viaje de autoconocimiento a través de mi voz. De gran facilidad vocal a lo largo de los años algo se desconectó en esa natural emisión de la voz y atravesé problemas vocales que me llevaron a rehacerme en este sentido. Cuando no sabes emitir tu propia voz es necesaria una técnica de canto eficiente que no dañe al instrumento tan delicado de nuestras propias cuerdas vocales. Y bien, ahí puedo decir que salí más fuerte de tales experiencias y con un mayor conocimiento sobre este arte proyectando la voz por encima de los obstáculos.
Cada ser posee un fisonomía única y un timbre de voz singular, pero idénticas posibilidades de educarlo.