Enseñanza práctica para Líderes y Vendedores

He estado toda mi vida profesional trabajando para mejorar la capacidad de dirigir, empezando por descubrir qué jóvenes tienen talento para iniciarse en esta apasionante aventura.

También llevo cuarenta años ayudando a los vendedores a mejorar sus resultados. No es lo mismo saber cómo hay que vender que hacerlo a un nivel de excelencia mantenido a lo largo de los años.

Si uno lo piensa con calma, descubre que estas dos materias no están tan lejos una de la otra. El líder del siglo XXI no da órdenes y exige su cumplimiento, sino que decide y persuade a sus colaboradores para que le ayuden a que las decisiones que toma se hagan realidad. Por buenas que sean sus decisiones personales, sin sus colaboradores dispuestos a ayudarle a ponerlas en práctica, no hay nada que hacer.

Al fin y al cabo, vender consiste en lo mismo. En la actualidad las ofertas so. múltiples y el papel del vendedor es el de inspirar y llevar a sus clientes a elegir correctamente.

Como se ve, por lo tanto, es que dirigir es ayudar a los colaboradores a crecer personal y profesionalmente, mientras que vender consiste en ayudar a cada cliente a que elija lo que es más conveniente para él.

Ambas actividades se fundamentan en. un principio común básico: la credibilidad. Los líderes ante sus colaboradores, los vendedores ante sus clientes.

Mi trabajo como profesor consiste en explicar esto a mis alumnos y en ayudarles a conseguir esa credibilidad indispensable en ambas actividades.

En uno y otro caso, la mejora solamente se puede conseguir con ayuda externa. Dar clase es emprender un camino con un alumno para hacerle mejorar. Pero el camino no lo recorre un o solo, sin o que lo hacen mutuamente.

Mi experiencia me permite adaptarme a cualquier persona y a cualquier situación e. la que se encuentre; por eso no doy clases están dar, no hago todos los programas iguales, sino que flexibilizo cada enseñanza para hacerla útil a cada alumno. Aparentemente hay muchos tipos de alumnos iguales y de experiencias que repiten, pero nunca es del todo así. Lo que parece igual se ve que no lo es en cuanto se profundiza en la relación profesor-alumno. Cuan do se establece el diálogo empiezan a cobrar relevancia matices que hay que tener en cuenta en cada clase para que la enseñanza sea disfrutada por profesor y alumno.