Nadia Mocholí Collado

Soy alumna de segundo de Bachillerato y tengo un nivel B2 de inglés. Desde hace años, el inglés es una de mis grandes pasiones, no solo como asignatura, sino como herramienta de comunicación y crecimiento personal. He tenido la suerte de participar en viajes de inmersión lingüística a países de habla inglesa, donde he podido mejorar mi pronunciación, enriquecer mi vocabulario y conocer de primera mano la cultura y el uso cotidiano del idioma. Esta experiencia me ha ayudado a desarrollar una comprensión más natural del inglés, algo que me encanta compartir ahora con los más pequeños.

Por eso, he decidido ofrecer clases particulares de inglés para niños en grupos reducidos, pensadas especialmente para que aprendan de forma divertida, amena y efectiva. Mi objetivo es que los niños no solo mejoren su nivel académico, sino que disfruten del idioma y se acerquen a él con curiosidad y confianza.

Mis clases están cuidadosamente diseñadas para adaptarse a las edades e intereses de los alumnos. A través de juegos educativos, canciones, cuentos, manualidades y actividades interactivas, los niños aprenden sin darse cuenta de que están estudiando. Cada sesión incluye momentos de práctica oral, comprensión auditiva, vocabulario temático y expresión escrita, siempre de forma lúdica. También me gusta introducir pequeños proyectos creativos que fomentan la participación, el trabajo en grupo y la expresión personal.

Entiendo la importancia de un entorno positivo para el aprendizaje, por eso imparto las clases en mi casa, en un espacio tranquilo, seguro y acogedor, pensado para que los niños se sientan cómodos, relajados y motivados. Trabajo con grupos reducidos, lo que me permite ofrecer una atención más individualizada, seguir de cerca el progreso de cada alumno y adaptar el ritmo de las clases a sus necesidades.

Dado que compagino estas clases con mis estudios, las imparto los sábados por la mañana, un momento ideal para que los niños aprovechen su tiempo libre sin interferir con sus horarios escolares. Además, el aprendizaje en fin de semana suele ser más relajado y se presta mejor a un enfoque más creativo y participativo.

Como joven estudiante, conecto fácilmente con los niños y sé cómo mantener su atención de forma natural y cercana. Me involucro mucho en cada clase porque disfruto enseñando y viendo cómo avanzan poco a poco. Mi objetivo no es solo que aprendan inglés, sino que se sientan capaces, motivados y orgullosos de lo que logran.