Olesya

Llevo más de 20 años enseñado idiomas y para mí no hay más placer que escuchar a mis alumnos comentando que aprenden mucho, que ya entienden películas y saben mantener una conversación con personas nativas. He conocido a muchos estudiantes de ruso (procedentes de unos centros educativos oficialmente reconocidos) que me sorprendían con su incapacidad de formar al menos un par de frases coherentes, y eso ¡después de dos o tres años de estudios! Lo curioso era que aparte de ello tuvieran buenos conocimientos teóricos de lo que son, por ejemplo, los casos y como cambian las terminaciones de substantivos al declinarlos. Es como si tuviesen aprendidas numerosas tablas gramaticales sin poder aplicarlas al idioma REAL. Esta forma de ruso no solamente es difícil, sino imposible de aprender. ¿Para qué estudiar lo que luego no sirve para nada?
Mi método se basa en los estudios científicos realizados por lingüistas, psicólogos y profesores como Paul Pimsleur, Stephen Krashen y James Asher y consiste en el desarrollo de todas las competencias lingüísticas a base de imitar el ámbito lingüístico natural y crear condiciones en las que se puede absorber idiomas extranjeros como absorbimos el nuestro siendo niños. Lo conseguimos tras trabajar mucho la comprensión auditiva y realizar repeticiones múltiples de estructuras básicas en distintas combinaciones. Esto no quiere decir que no estudiemos la gramática. Es que la estudiamos y aprendemos de una manera natural, aprendiendo a ser creativos en vez de limitados por las reglas.
Los alumnos aprenden a formar frases simples desde la primera clase, con tiempo (con mi método, en 6-9 meses) ellos obtienen buena capacidad tanto de entender como de expresarse en ruso en el contexto de situaciones cotidianas.

Descuentos para grupos y al pagar un pack de 5, 8 o 10 horas.